martes, 18 de junio de 2013

Técnica de estudio para aprender mejor



Hasta hace algún tiempo, Marcela, una alumna universitaria, dedicaba gran parte de su tiempo al estudio, pero aprendía muy poco. Sus notas eran regulares. Marcela estaba muy desesperada.
Un sábado en la mañana se encontró con Andrea, una de sus compañeras que siempre se sacaba muy buenas notas. En ese momento, Andrea partía de excursión, aprovechando el fin de semana.

-¡Quien como tú que puedes irte de paseo! – Exclamo Marcela-. Lo que es yo, tengo que quedarme a estudiar estos dos días. ¡Qué suerte tienes de ser tan inteligente!

-¡No digas eso, Marcela! –respondió Andrea-. Posiblemente eres más inteligente que yo. Lo que pasa es que a mí me enseñaron a estudiar. Creo que te puedo ayudar. Juntémonos el lunes después de la prueba y hablemos por tu problema.
Andrea partió a su excursión y Marcela se quedo estudiando sin parar. El lunes después de la prueba las dos amigas se juntaron. A las dos les había ido bien. Durante un largo tiempo examinaron el modo de estudiar de cada una.
Marcela estudiaba en todas partes: en la biblioteca, en el café, en los jardines, en cualquier habitación de la casa. Su método de estudio consistía en leer los textos muchas veces; aunque el libro fuera suyo, rara vez subrayaba las parte importantes; ocasionalmente tomaba algunas notas.
Andrea, en cambio estudiaba en dos partes: en la biblioteca de la universidad o en el escritorio de su pieza, que compartía con un hermano más chico.
-Si estudio en el patio o en el café no puedo concentrarme. Me dan ganas de participar en las conversaciones o en los juegos. Prefiero conversar o jugar sin pretender estudiar –explicó Andrea.

- Por eso debe ser que cada vez que estudio en el patio o en el café aprendo tan poco –respondió Marcela...

-Puede ser- le dijo Andrea-. Como te gustaría más estar con los otros, el estudio se te hace pesado; no te concentras, y no aprendes. Por eso, yo siempre estudio en lugares que no presentan distracciones.

-¿Por qué no me explicas entonces tu método de estudio? –pregunto Marcela.

-Mira, Marcela. Primero veo lo que voy a estudiar. Les doy una mirada a los títulos y subtítulos del texto o examino el índice. Eso es lo primero. Luego cierro el libro y en una hoja escribo las preguntas que se me ocurren acerca de lo que voy a estudiar. Luego leo una o dos veces el texto.
-¿Y subrayas el libro?

-Sí, Marcela. Subrayo las ideas principales.

-¿Y lees la materia de una sola vez?

-No, Marcela. Divido la materia en partes más o menos cortas.

-¿Y luego qué haces?

-Luego cierro el libro y lo guardo en un cajón donde no lo vea. Entonces, primero trato de responder las preguntas que escribí antes de empezar a leer. Luego trato de resumir por mi cuenta lo que leí. Cuando termino de responder las preguntas y de hacer mis resúmenes, repito en voz alta lo que resumí como si estuviera explicándoselo a otro. Finalmente reviso el libro  y corrijo lo que está mal, completando lo que me falta.
¿Sabes cómo se llama mi método?

-No tengo idea, Andrea.

-Mi método se llama EPL4R2C.

-EPL4R2C? ¿Qué significa eso?

-E significa: Examino. P: Pregunto. L: Leo

-¿Y cuáles son las 4R?

- Respondo, Resumo, Repito, Reviso.

-¿Y las dos C?

-Corrijo, Completo. ¿Qué te parece, Marcela?

-Muy buen método, Andrea. ¿Tú lo inventaste?

-No, mujer. La base la inventó una educadora llamada Francis Robinson, en 1962. A mí me lo enseñaron hace dos años y lo adapté un poco.
Marcela se fue a su casa, y allí, por su cuenta, se propuso un método para estudiar con más provecho. El método de Marcela se llama: EPL 4R 2C SAP (SAP significa: Salgo A Pasear).

Ahora reflexiona...¿Cómo estudio?

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